Con imágenes de Jessica Padilla. |
Berenice Estrada Luna, es su hija y al lado de su madre vende y le ayuda
a preparar los dulces y chocolates que comercializan cada año en el tianguis
que se ubica en la misma calle, con menos longitud y con más artículos en
formas de corazones, pues por tres días el ayuntamiento les da permiso de
vender artículos acorde con la festividad.
“Estas son paletas de chocolate, estas
son de chocolate rojo, estas son combinadas, estos son obleas con chicle, estas
vienen así la pura taza y nosotros las rellenamos, las bolsitas, los
corazoncitos, este año es sólo este pedacito, pero otros años está lleno”.
El
puesto de madre e hija se percibe con poca mercancía, pareciera que ya vendió
casi todo lo que ofrecería, sin embargo, Doña
María dijo que en estos 20 años vendiendo, ha bajado la clientela y las
ganancias.
“Ahorita es como para no perder la
tradición, no pues entonces sí se podían ganar miles, pero ahorita apenas se
saca uno el costo”.
Dulces
desde $5.00 pesos hasta peluches de más de $100.00 pesos, son buscados por los
ocotlenses.
Ellas
dicen que, muchachas, muchachos y niño son los que más llegan a sus puestos a
comprar.
Inserto 3: “El regalito para el
novio, el chocolate”.
-¿Y los muchachos?
“Ellos prefieren peluches y lo
completan con un chocolatito”.
-¿Y los niños?
“Cosas chiquitas porque hacen
intercambio en sus escuelas”.
Actualmente
el ayuntamiento les cobra poco más de $16.00 pesos diarios por metro, ellas
necesitan seis metros para instalar su puesto. Doña María añora los días en los que el ayuntamiento no le cobraba
por vender, pues dice que al principio nadie le cobraba nada y que incluso
trabajaba mejor pues eran menos locales, entre todos se cuidaban y eran como
una familia.
Este
viernes al igual que pasará la fiesta para los amigos y enamorados, pasará el
tianguis, y deberán dejar limpios los seis metros que ocuparon para el paso
libre al tránsito vehicular.
Jessica Padilla
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