lunes, 7 de julio de 2014

Gasolineras de la Ciénega entre la lista negra de la PROFECO

Los trabajadores de las Franquicias de PEMEX son quienes reciben los malos tratos de la gente por el alza del precio de la gasolina.

En la quinta entrega.- Un trabajo inseguro y estresante en Ocotlán

Los trabajadores de las gasolineras son los que reciben los malos tratos de los clientes por las fallas en los medidores de los vehículos, por la mala reputación de las gasolineras, y por los gasolinazos.

Josefina lleva dos años y medio trabajando para una gasolinera del municipio de Ocotlán, dice que no le da miedo su trabajo, ahora que se acostumbró a lidiarlo, sin embargo, lo malo de él, dijo, es cuando los clientes se quejan.

Imagen de archivo
Ella asegura que no roba combustible y sus compañeros de trabajo tampoco, pero sí le llegan quejas de gasolineras que lo hacen. Nuevamente la gasolinera de Torrecillas y Las palmas fueron mencionadas.

Trabajadores de gasolineras en el municipio, coinciden en que los medidores de los vehículos no detectan la gasolina, a veces, por la inclinación del carro, sin embargo, la molestia de los clientes, en ocasiones groseros, la deben tolerar.

Josefina por su parte no puede contestar el teléfono mientras trabaja, sin embargo esto no es un requisito de trabajo como en cualquier otro, pues de contestar, se podría estar jugando la vida.

Contestar el teléfono, cargar gasolina a un vehículo encendido o con tripulantes que lleven cigarros prendidos, puede ser para ella una de las decisiones más peligrosas.

“Bueno de primero si eh, de echo llegan muchachos así con el cigarro encendido y ya les digo no pues apaga tu cigarro o si no, no te voy a despachar, y otros que dicen no pasa nada una vez  si le dije, si te quieres matar, matate tu sólo, y le dio risa y lo apagó”.

Para llevar a cabo su trabajo se le deja a cargo de un dispensario de gasolina magna y diésel o bien de gasolina Magna y Premium, ella debe preguntarle a los clientes qué gasolina desea, pues si se equivoca, debe llamar a un mecánico que le podría cobrar 200 pesos, cantidad que deberá pagar ella, para cambiar los líquidos.

Cada dispensario tiene que tener ciertos letreros de aviso para cuidar al personal, apague su celular, apague su vehículo, presione el botón el caso de incendio, señaléticas de extintor. También están los extintores en ambos costados de los despachadores de combustibles, y un bote amarillo con aserrín para colocar en caso de que alguien o un carro derramen aceite.

Parte de la seguridad es el uniforme de los empleados, a Josefina le dieron cuando entró a trabajar, pero al patrón le faltó darle unas botas para evitar que se caiga en tiempos de lluvia y por el derrame de combustible.

 “Las que quieran botas, la empresa va a poner la mitad, pero nosotras que traemos tenis no nos dicen nada".

-¿Y si viene la PROFECO no las regañan?

Ese día nos dicen que nos traigamos botas, como las que no tienen aquí tienen ellos y nos las prestan.

-¿Entonces esas botas no las pueden utilizar ustedes?

“Es que no nos las dan”.

Su patrón la capacita así como a las demás empleadas que trabajan con él, todas mujeres. Josefina dijo que el patrón lo ve como una estrategia para vender más, les muestra videos en donde ellas pueden estudiar los riesgos de su trabajo. 
Jessica Padilla

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