San Martín de
Zula es una localidad
que hasta 2010 contaba con 2 mil 428 habitantes según el Consejo
Estatal de Población. Esta es una de las localidades más
cercanas a la cabecera de Ocotlán, sin embargo, también una de las más
olvidadas por las autoridades.
En ella vive doña María del
Refugio Lomelí, una mujer
que voluntariamente ayuda a los adultos mayores desprotegidos de la localidad a
realizar sus trámites de jubilación, pensión o cualquier otro apoyo que el
municipio de Ocotlán les comunique.
Dijo que cada semana, los jueves a las 5:00 de la tarde
se reúne con los “señores”,como les dice a los adultos mayores, y los ayuda a
realizar ejercicios y les lee textos que los ayudan a sentirse integrados en la
sociedad. Su único pago es el afecto de sus oyentes.
“Los pongo a hacer ejercicios, les doy
pláticas voy a sus reuniones, para no moverlos, yo voy a Ocotlán, para qué ellos no vallan porque son adultos mayores y no
puede…yo me encargo de mi comunidad de santa clara y a veces apoyo a San Martín de Zula, y también estoy en lo de despensas y
leche, del DIF”.
Doña María
dijo que ninguna Institución le apoya para llevar a cabo su labor, que su
esposo, es quien le ayuda a proporcionar recursos económicos para la
manutención de su casa, así como para los estudios de su hija menor que cursa
la preparatoria, y además le ayuda con los gastos que implica cuidar a los
Señores.
“Yo no recibo sueldo
ni salario soy voluntaria, a mi no me pagan un sueldo, solamente apoyo a mi
comunidad para que mejore…a veces de mi bolsa sale para hacer los trámites de
mi esposo es el único que me apoya”.
Dijo,
que agradece mucho al Ayuntamiento de Ocotlán,
por otorgarle un reconocimiento como una mujer sobresaliente en el municipio, pero
reconoció que lo que más le llena de satisfacción es recibir muestras de cariño
y agradecimiento por parte de los adultos mayores de Zula.
“Con mucho cariño y
es lo que yo me siento muy orgullosa y cuando yo coy a las partes me ven y me
quieren mucho, cuando íbamos a Ocotlán les
tenía que contratar camión para llevarlos y pues me miraban y me abrazabas y me
sentía muy feliz, y me llevo el orgullo de no esperar nada a cambio más que
cariño”.
Doña María
tiene 49 años de edad, de
ellos, siete años ha colaborado con sus “señores” y aseguró que mientras sus familiares la sigan apoyando,
seguirá cuidando a los adultos mayores de Zula.
Jessica Padilla
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