miércoles, 27 de agosto de 2014

Trabajo, revitalizante para adultos mayores

Perfil de Luna Estela Ahumada, persona de la tercera edad, quien labora en un supermercado y  pertenece al 30 por ciento de adultos mayores que viven en actividad laboral.

Estela Luna Ahumada tiene 77 años. Acude todos los días al supermercado ubicado en avenida Francisco Zarco y calle Ciudad Victoria, en la colonia Santa Cecilia. En ese lugar labora ella. Su trabajo consiste en empacar durante cuatro horas, los productos que cientos de clientes llevan a casa. Ella es, como muchos dicen, “una cerillito”. Doña Estela trabaja de 12 a 4 de la tarde junto a otras seis personas de la tercera edad.

Imagen de Visión Peninsular.
A pesar de contar con más de siete décadas de vida, asegura no sentirse cansada. La señora Luna tiene siete años practicando yoga, además toca la guitarra como rutina de distracción. Presume que en su empleo le va bien, sobre todo los domingos y días festivos. Para ella es una revitalizante pertenecer al 25 por ciento de adultos mayores económicamente activos.

De acuerdo con cifras de 2013 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) es una vitamina. Estela invitó a las personas de la tercera edad a ejercer alguna actividad.

“Aquí me siento ocupada. En mi casa estamos solos, ya no tenemos qué hacer. Ya hicimos la tarea, ya se fueron los hijos y ya puedo dedicarme a mí. Eso es lo que deben hacer las personas de la tercera edad, salirse del “que yo ya trabajé”, pues mientras vivas. Hay quien no tiene un brazo, no tiene una pierna, nosotros tenemos todo y podemos trabajar, sentirnos útiles y productivos”.

El supervisor de cajas del supermercado donde labora doña Estela, Jorge Sanabria, aseguró que este tipo de empleo perteneciente al sector terciario, donde laboran, de acuerdo con la encuesta del INEGI, más de 89 mil personas de la tercera edad, sirven como incentivo para impulsar a los adultos mayores a sentirse útiles para a sociedad; además de evitar algunas enfermedades mentales, como la depresión.

“Para que se sientan más útiles, que no caigan en una enfermedad que es muy terrible, como la depresión. Aquí se sientes útiles, conviven con personas de su misma edad, hacen amistades. Eso les ayuda. Aparte ganan un poco económicamente”.

Doña Estela aclara que para ella trabajar no es un sacrificio, y lo seguirá haciendo, pues estar en su casa es una manera de incrementar los malos pensamientos. Asegura sentirse cómoda al relacionarse con compañeros, jefes e incluso clientes, lo que provoca que cada día muestre que es una persona de la tercera edad llena de fortaleza.


Edgar Gamiño

No hay comentarios:

Publicar un comentario