viernes, 17 de enero de 2014

Hoy se cumplen 34 años de la muerte de Agustín Yáñez


Realizó estudios en Guadalajara, su ciudad natal. Posteriormente viajó a la capital del país para ingresar a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Participó activamente en política y desempeñó importantes puestos públicos, entre ellos gobernador de Jalisco entre 1953 y 1959, y secretario de Educación Pública de 1964 a 1970. Este último cargo le permitió realizar valiosas reformas en el sistema educativo mexicano.

Agustín Yáñez.
Su obra está compuesta por novelas, cuentos, ensayos y crítica literaria. Entre sus libros más conocidos se encuentran “Al filo del agua” (1947), “La tierra pródiga” (1960), “Las tierras flacas” (1962), “Ojerosa y pintada” (1960), “Tres cuentos” (1964) y “Las vueltas del tiempo” (1975). En 1973 fue galardonado con el Premio Nacional de Letras.

Tanto sus novelas como sus relatos se inscriben dentro de la gran corriente realista que caracterizó a la narrativa mexicana a finales del siglo XIX y principios del XX, y que incluye a figuras como José Tomás de Cuéllar, Heriberto Frías y Mariano Azuela. Sin embargo, Yáñez supo enriquecer esta corriente al integrar muchos de los recursos técnicos y estilísticos de la vanguardia europea y estadounidense de su época.

Produjo así una obra tradicional e innovadora a la vez, cuya original prosa pone de manifiesto la búsqueda de nuevas posibilidades expresivas. Al filo del agua está considerada, junto a Pedro Páramo de J. RulfoLos de abajo de Mariano Azuela, una de las mejores novelas mexicanas del siglo XX. “Al filo del agua” se ubica en un pueblo de Jalisco, en vísperas de la Revolución, y presenta una serie de acciones simultáneas y relacionadas que muestran la vida cotidiana en el lugar y la manera en que ésta se ve alterada por el movimiento armado.

El título alude al momento en que está a punto de estallar una tormenta y, metafóricamente, al momento histórico que precedió al estallido de la Revolución mexicana. Este tiempo de espera cargado de tensión es descrito mediante una serie de cuadros que ahondan en lo más profundo de las obsesiones que se viven en una pequeña población. Especialmente, aparece una concepción morbosa de la religiosidad, en su relación ambigua y represiva con el sexo.

Durante los años siguientes, Yáñez intentó ensanchar esta visión realizando una panorámica del México contemporáneo, si bien no logró alcanzar los extraordinarios resultados de Al filo del agua. En La tierra pródiga (1960) Yáñez replantea, con recursos estilísticos nuevos, el dilema de civilización o barbarie, mientras que el dilema del campesino enfrentado a la tecnología incorporada al campo lo trata en Las tierras flacas (1962).


Hoy 17 de enero del 2014 se cumplen 34 años del fallecimiento del destacado escritor y político jalisciense Agustín Yáñez. 

Gerardo Ávila Santiago

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