Realizó estudios en Guadalajara, su ciudad natal. Posteriormente viajó a la capital del
país para ingresar a la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNAM. Participó activamente en política y
desempeñó importantes puestos públicos, entre ellos gobernador de Jalisco entre 1953 y 1959, y secretario
de Educación Pública de 1964 a 1970.
Este último cargo le permitió realizar valiosas reformas en el sistema
educativo mexicano.
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| Agustín Yáñez. |
Tanto sus novelas como sus relatos se inscriben
dentro de la gran corriente realista que caracterizó a la narrativa mexicana a
finales del siglo XIX y principios del XX, y que incluye a figuras como José Tomás de Cuéllar, Heriberto Frías y Mariano
Azuela. Sin embargo, Yáñez supo
enriquecer esta corriente al integrar muchos de los recursos técnicos y
estilísticos de la vanguardia europea y estadounidense de su época.
Produjo así una obra tradicional e innovadora a la
vez, cuya original prosa pone de manifiesto la búsqueda de nuevas posibilidades
expresivas. Al filo del agua está
considerada, junto a Pedro Páramo de J. Rulfo y Los
de abajo de Mariano Azuela, una de las mejores novelas
mexicanas del siglo XX. “Al filo del
agua” se ubica en un pueblo de Jalisco, en vísperas de la Revolución, y
presenta una serie de acciones simultáneas y relacionadas que muestran la vida
cotidiana en el lugar y la manera en que ésta se ve alterada por el movimiento
armado.
El título alude al momento en que está a punto de
estallar una tormenta y, metafóricamente, al momento histórico que precedió al
estallido de la Revolución mexicana. Este tiempo de espera cargado de tensión
es descrito mediante una serie de cuadros que ahondan en lo más profundo de las
obsesiones que se viven en una pequeña población. Especialmente, aparece una
concepción morbosa de la religiosidad, en su relación ambigua y represiva con
el sexo.
Durante los años siguientes, Yáñez intentó ensanchar esta visión
realizando una panorámica del México contemporáneo, si bien no logró alcanzar
los extraordinarios resultados de Al filo del agua. En La tierra pródiga (1960) Yáñez replantea, con recursos
estilísticos nuevos, el dilema de civilización o barbarie, mientras que el
dilema del campesino enfrentado a la tecnología incorporada al campo lo trata
en Las tierras flacas (1962).
Hoy 17 de enero del 2014 se
cumplen 34 años del fallecimiento del destacado escritor y político jalisciense Agustín Yáñez.
Gerardo Ávila Santiago

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