Martín Ramírez |
Los colores, lápices
y algunos pedazos de tela fueron el medio de expresión para Martín Ramírez, un pintor mexicano
considerado uno de los grandes del siglo
XX quien murió un 12 de febrero de 1963.
Sus obras han sido
expuestas en los principales museos de New
York y Manhattan ya que se
consideran de un estilo único e irrepetible, pues Martín era esquizofrénico y sus obras de arte fueron hechas a modo
de terapia médica.
Tepatitlán,
Jalisco es su lugar de origen; nació un 30 de marzo de
1895. Provenía de un padre campesino y una madre hogareña de la región de los
altos, le gustaba el campo y los caballos, sin embargo a los 35 años decidió
viajar a los Estados Unidos en busca de una mejor calidad
de vida.
En ese país encontró
estabilidad económica y emocional, se convirtió en padre de cuatro hijos y
trabajaba en una empresa ferroviaria, sin embargo la bolsa de valores de New York quebró y en México la revolución cristera había
afectado a gran parte de su estado de origen, lo que ocasionó que Martín
entrara en una profunda depresión.
Su familia se fue
alejando de él; debido a sus temperamentales cambios de humor fue internado en
un hospital de California en donde
se le diagnostico esquizofrenia, depresión aguda y psicosis.
Intentó escapar
varias veces pero jamás lo logró, así que comenzó a dibujar para distraerse de
sus problemas. En 1993, conoció Tarmo Pasto,
un médico interesado en investigar los dibujos que hacían las personas con
problemas mentales, el talento de Martín
era evidente.
Sus obras están
compuestas de líneas horizontales y verticales simulando una tercera dimensión,
los colores amarillo, azul, morado y verde eran sus preferidos y jamás se
olvidó de Jalisco pues siempre
dibujaba algo representativo como los sombreros, caballos o algún maguey.
A pesar de que Martín vivió de la mitad de su vida en
hospitales, sus obras han alcanzado un gran reconocimiento artístico y un valor
de cuarto de millón de dólares, ya que son considerados verdaderas obras de
arte.
Viviana Cervantes
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