Foto: Medios. |
Un grupo multidisciplinar de trabajo integrado por profesores investigadores y alumnos del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega) desarrolló un electrocardiógrafo portátil que almacena y envía resultados de un electrocardiograma a cualquier dispositivo vía internet para que un médico especialista en la materia pueda ofrecer un diagnóstico en tiempo real.
El dispositivo puede ser utilizado en comunidades rurales donde los servicios médicos se encuentran retirados, porque con una conexión a internet se puede detectar los resultados del electrocardiograma y enviarlos a otro dispositivo para que el especialista pueda dar su diagnóstico, así lo explicó el profesor del área de Biomédica del laboratorio de Biofísica del CUCiénega, Juan Carlos Estrada Gutiérrez:
“Donde se pudiera utilizar este trabajo es por ejemplo en comunidades rurales donde está muy lejos la parte donde pudieran tener un servicio médico, que con una simple conexión a internet o con un celular que pudiera compartir la conexión, se pudiera transmitir y que del otro lado del mundo se pudiera ver cómo está esa persona en ese momento, de ahí empezó el proyecto”.
De acuerdo con Estrada Gutiérrez, el proyecto lo iniciaron alumnos de la ingeniería en computación, quienes posteriormente desarrollaron pruebas de electrocardiógrafos para continuar con los trabajos pertinentes del mismo. La solicitud de la patente se hizo en 2012 y en noviembre de 2015 les fue entregado el título de patente por parte del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) con una vigencia de 20 años.
El profesor del área de Biomédica del CUCiénega explicó que durante las pruebas realizadas con el electrocardiógrafo tuvieron que trabajar con distintas metodologías para amplificar la señal del corazón, que en promedio es de una amplitud de entre uno y diez mili volts:
“Tuvimos que utilizar dispositivos para que se amplificara esa señal tan pequeña y que pudiéramos nosotros detectar dependiendo con las derivaciones que se pueden leer del corazón. En el caso de nosotros posicionamos diez electrodos en el cuerpo de la persona, son uno en cada extremidad y seis en el pecho para poder ver doce maneras diferentes de la actividad eléctrica del corazón. Esa señal tan pequeña tuvimos que amplificarla ciertas veces, y a la vez que se amplifica tuvimos que meterle ruido proveniente de otras frecuencias, tuvimos que implementar algunos filtros analógicos donde pudiéramos eliminar esos ruidos indeseados para posteriormente poder tenerla en un digitalizador”.
Estrada Gutiérrez resaltó que el proyecto lo pudieron desarrollar de buena manera gracias al trabajo en conjunto que realizaron tanto profesores como alumnos, quienes invertían como mínimo tres horas diarias de su tiempo en busca de nuevas tecnologías y formas de adquisición con la finalidad de generar más velocidad en la transmisión para adquirir las señales del corazón.
Martín Navarro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario