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| Foto Eduardo Cuevas. |
La noche del 15 de septiembre, el presidente de Ocotlán, Paulo Gabriel Hernández, hizo la representación tradicional del grito de independencia desde uno de los balcones del palacio municipal, acto conmemorativo que se realiza a nivel nacional en honor a los personajes que lucharon por liberarse de la opresión de la corona española.
La velada comenzó con la coronación en el kiosco de la plaza de la Señorita Ocotlán 2016, Dayanara Ríos Gómez, así como la segunda finalista, Stephanie Buenrostro Zaragoza. Posteriormente, se recibió a los corredores que trasladaron el fuego patrio desde la ciudad de Guanajuato,Guanajuato, para que la regidora Denisse Chávez encendiera el pebetero colocado frente al kiosco.
Antes de la ceremonia del grito, el secretario general del ayuntamiento, Roberto Navarro Vaca, dio lectura al acta de Independencia de México:
“El Congreso de Anáhuac, legítimamente instalado en la ciudad de Chilpancingo de la América Septentrional por las provincias de ellas, declara solemnemente a presencia del señor Dios, árbitro moderador de los imperios y actor de la sociedad que los da y los quita según los designios inescrutables de su providencia, que por las presentes circunstancias de Europa, ha recobrado el ejercicio de su soberanía usurpada, que en tal concepto queda rota para siempre jamás, disuelta la independencia del trono español”.
Más tarde, con la presencia del mayor de Stone Park, Beniaminos Mazzulla, el primer edil, Paulo Hernández, efectuó el grito que cada año, con ligeras modificaciones, se pronuncia a lo largo y ancho del territorio nacional:
“Viva doña Josefa Ortiz de Domínguez, (¡viva!), viva Leona Vicario (¡viva!), viva Ignacio Allende (¡viva!), viva José María Morelos y Pavón (¡viva!), viva don Miguel Hidalgo y Costilla (¡viva!), viva Ocotlán (¡viva!), viva Jalisco (¡viva!), viva México (¡viva!), viva México (¡viva!), viva México (¡viva!)”.
Al finalizar el evento se regalaron alimentos y se contó con la exhibición de fuegos artificiales en la plaza Niños Héroes, misma que concluyó con el tradicional “castillo”.
Eduardo Cuevas Zapata.
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