jueves, 2 de febrero de 2017

Reportaje: Hipocresía; irresponsabilidades y simulaciones en el vertedero de Ocotlán



Primera parte: 

Se acabó el negocio, se clausura parcialmente el basurero

Foto: Eduardo Cuevas
Desde hace más de 9 años el ejido San Juan Chico de Ocotlán, se encuentra impregnado del hedor que expiden las más de 120 toneladas de basura que son arrojadas día tras día en el relleno sanitario de este municipio; ubicado a 6.2 kilómetros de la cabecera municipal, el basurero se ha convertido en un  riesgo para la población, primordialmente para el poblado del ejido San Juan Chico, ya que por la cercanía las afectaciones son más directas, y posteriormente para el resto de los ocotlenses debido a los problemas generados por la falta de cumplimiento a la Norma Oficial Mexicana-083.

El lunes 09 de enero del presente año, la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (PROEPA) clausuró temporalmente el relleno sanitario, debido a una denuncia ciudadana. Los delegados que  realizaron la inspección para verificar el estado del basurero, señalaron que la compactación y cubrimiento de la basura, así como la operación de trabajo son limitadas, lo que ha ocasionado que el vertedero se encuentre dañado y con un deterioro considerable.

La PROEPA otorgó al municipio de Ocotlán, diez días hábiles a partir del día 09 de enero para mejorar el tratamiento y manejo de los residuos sólidos, adecuándolo a la NOM-083; de no ser así la clausura será definitiva.

El pasado martes 24 de enero, cumplidos lo diez días otorgados por la PROEPA, el encargado de dar mantenimiento al relleno sanitario de Ocotlán, Jalisco, Mario González Zavala, señaló en una entrevista realizada por Señal Informativa Ocotlán, que el basurero presenta un avance del cincuenta por ciento, en comparación de cómo se encontraba, sin embargo, el gobierno municipal solicitó ocho días más de plazo para cumplir en su totalidad con los señalamientos.

Sin embargo, el descontrol e incumplimiento con la NOM-083 ha provocado que los habitantes de San Juan Chico, ubicado a un kilómetro del basurero, se vean afectados; su agua de pozo se encuentra casi inhabilitada por la filtración de los líquidos lixiviados a los mantos acuíferos, así mismo las tierras de cultivos cercanas al vertedero son estériles, es decir, han dejado de producir. Además  tienen que tolerar el hedor de la basura que se ha vuelto insoportable con los años.

La irregularidades determinadas la PROEPA ya habían sido señaladas el día 24 de septiembre del 2015, a través del medio local Decisiones, el cual  informó que el encargado de Gestión Integral de Residuos de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (SEMADET), Eduardo Parra Ramos, realizó una visita de inspección al relleno sanitario de Ocotlán, debido a la petición que el actual presidente Paulo Gabriel Hernández proveniente de Movimiento Ciudadano (MC) solicitó a la SEMADET.

Durante la inspección, Eduardo Parra, detalló que el basurero cuenta con ausencia de  bombas  de combustible, esenciales para la evaporación de los líquidos lixiviados. Además indicó que por el estado del relleno sanitario, este corría el riesgo de ser clausurado por SEMADET.

Foto: Eduardo Cuevas
A causa de los señalamientos anteriores, el regidor encargado de la Comisión de Aseo Público, J. Jesús Agustín Hernández, apuntó el 14 de mayo del 2016, que el Ayuntamiento de Ocotlán adquiriría bombas de combustible para extraer los lixiviados. Además de gestionar un convenio con la Comisión Estatal del Agua (CEA) para que se puedan tratar los líquidos en contenedores especiales en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR).

Sin embargo, a través de una solicitud de información emitida en diciembre del año pasado, se corroboró que el municipio no realizó las adquisiciones prometidas por J. Jesús Agustín en respuesta a las advertencias emitidas por Eduardo Parra en septiembre del 2015. Puesto que no existe el comprobante de pago de las bombas, ni el convenio con la CEA.

Del mismo modo en mayo del 2016, a través de una entrevista con María Ramírez Blanco, Eduardo Parra, declaró que el vertedero de Ocotlán, nunca contó con la autorización para la etapa de operación, es decir, es un relleno sanitario descontrolado.

“El estado actual del relleno sanitario es deplorable, debido a que carece de control, no se cuenta con la maquinaria adecuada  para la compactación de los residuos sólidos. Por otra parte la basura está excediendo la zona que se encuentra cubierta de material impermeable de Ocotlán no existe ningún informe mensual porque no está regularizado”.

Sin embargo, el personal de la dependencia del área Gestión Integral de Residuos de la SEMADET, declaró en diciembre del 2016 que los responsables en materia de revisión e inspección del vertedero, es la PROEPA, es decir, Eduardo Parra, no era el encargado directo o con la competencia para realizar la tarea correspondiente a la inspección y verificación del sitio.

 Además en el registro de medidas correctivas, procedimientos administrativos e instaurados por la PROEPA hacía el relleno sanitario, así como al Ayuntamiento de Ocotlán, obtenido a través de transparencia, reflejan que desde el 2011 no existe ninguno de los tipos de señalamientos ya mencionados, pese a que Eduardo Parra, tenía conocimiento del estado actual del vertedero y del incumplimiento con la NOM-083 que este presenta.

En efecto, existe la omisión de los estudios hidrológicos y geológicos del basurero de Ocotlán, que solicita la NOM-083 para la instalación de un relleno sanitario que confina de cincuenta a cien toneladas de basura diarias. Además falta la autorización dictaminada por el área de Gestión Integral de Residuos de la SEMADET, para la operación del sitio desde su planeación original como vertedero.

También hay la inexistencia de informes mensuales, monitoreo de líquidos lixiviados, biogás y acuíferos por parte del Ayuntamiento de Ocotlán o de la empresa prestadora de servicios en el relleno sanitario. El descontrol de los líquidos lixiviados, la maquinaría inadecuada para la compactación de los residuos así como el proceso de llenado, esparcido y cubierta, no fueron incumplimientos suficientes para haber clausurado el vertedero desde tiempo atrás.

María Ramírez Blanco

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