martes, 30 de septiembre de 2014

Transportistas veneran al Señor de la Misericordia

Archivo.

Anselmo Baca Carrillo y Benjamín Estrada García representan al gremio de las transportistas, grupo que salió este lunes del santuario del  Señor de la Misericordia. Ambos afirman que dedican su vida a recorrer los caminos desde que tienen uso de razón, pero no existe ruta tan importante como la que tienen fijada cada 20 de septiembre, cuando el destino es venerar al Prodigio de Ocotlán, como lo han hecho desde hace más de 50 años.

Don Anselmo aparenta cansancio, sus ojos sucumben ante la luz, pero la fatiga se desvanece cuando menciona al  Señor de la Misericordia, sobre todo cuando dice que la fe a Jesucristo va de generación en generación, sin detenerse.

“Lo único que estamos nosotros haciendo es incrementando la fe con nuestros hijos y nuestros sobrinos, nietos, para que toda la persona de Ocotlán difunda a nivel nacional el Prodigio de Ocotlán, que en ningún otro lado del mundo ha existido la aparición del Señor (de la Misericordia)”.

Al preguntarle sobre cuánto agremiados participan en la procesión del 20 de septiembre, Anselmo Baca contempla al ambiente como si de contar kilómetros se tratara. 800, afirma.

Anselmo y Benjamín aseguran que anualmente gastan cerca de 150 mil pesos para adornar el santuario, construir el castillo y acompañar la procesión con una banda musical. Ambos choferes afirman que seguirán venerando al prodigio hasta que la vida se los permita, y seguirán transitando con la fe como lo han hecho a través de kilómetros y caminos, siempre con el objetivo bien firme de llegar al destino laboral y religioso. 

 Edgar Gamiño



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