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Ella no pierde la fe, tiene esperanza de recuperar las fuerzas que alguna vez la llevaron a mantener su rutina de trabajo en buenas condiciones, además de desempeñar la labor de ama de casa. Hablamos María del Rocío Cervantes Álvarez de 49 años de edad, quien fue diagnosticada con la enfermedad de esclerosis lateral amiotrófica desde hace cinco años, y ha ocasionado que se debilite día con día y no tenga las fuerzas suficientes para caminar o mover sus brazos.
Su hija “Araceli” platicó que ella fue una mujer activa que no dejaba de desempeñar su trabajo, sin embargo llegó un momento de su vida en el que comenzó a perder la movilidad de los dedos de las manos:
“Ella era muy activa, trabajaba, era ama de casa, en el hogar era muy movida. Todo muy bien, trabajaba, llevaba una vida cotidiana normal. Ella era gordita, hace 4 o 5 años trabajaba en una tapicería donde tapizaban las sillas, y ahí empezó a notar ella que no podía jalar las telas para hacer las costuras, y ella comenzó con sus dedos a perder la fuerza y la movilidad. Ella le ayudaba a su abuela a vender fruta en su casa, y al exprimir los limones ella notaba que no podía”.
A pesar de ello, María del Rocío no quiso alertarse, pensó que sólo se trataba de un pequeño dolor que se marcharía con el paso del tiempo. Desafortunadamente ocurrió todo lo contrario: día tras día se sintió más débil. Decidió atenderse en el seguro, le dieron seguimiento y no le precisaron cuál era la enfermedad que padecía. Pasaron dos años y los médicos sólo realizaban estudio tras estudio y no esclarecían cuál era la razón de su debilidad.
“Ya no tenía fuerza ni movimientos en sus manos, se le caía todo, ya no se podía peinar, ya no era ella misma, el último estudió fue donde checaron que ella tenía esclerosis lateral amiotrófica. Eso fue en noviembre del 2014, para eso ella ya tiene como año y medio que le detectaron su enfermedad, y el año pasado desafortunadamente fue el peor para ella porque se decayó mucho, se deprimió mucho”.
María bajó de peso considerablemente luego de enterarse de su enfermedad. Dejó de comer porque se extraguñaba; se atragantaba con saliva y alimentos. En septiembre de 2015 le colocaron una sonda para alimentarla y con ello se mantuvo estable, pero sabía que no tendría cura.
La confianza y la fe se habían perdido, María sólo se la pasaba en su casa frente al televisor sin fuerzas para moverse. Sin embargo, la esperanza regresó donde menos lo pensaba: en un programa de televisión. Fue ahí donde el comediante Tony Flores compartió su experiencia luego de que le diagnosticaron la misma enfermedad que María, donde un doctor de Los Ángeles, California, le recetó un medicamento a base de extracto de marihuana con tratamiento de 18 meses para curarse de la esclerosis lateral.
El medicamento tenía un precio de nueve mil dólares por diez meses de tratamiento, y posteriormente el doctor evaluaría cuánto avanzó la cura para recetar la de dosis de los ocho meses restantes. Al principio no sabía qué hacer para recolectar el dinero, con el paso del tiempo encontraron la solución:
“Yo hablé con mi madre, y le dije madre nunca es imposible y no vamos a decir que no, vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos por una mejor calidad de vida para ti y echarle ganas. Entonces fue cuando empezamos a promover esto en el Facebook, yo lo publiqué en que todo Ocotlán se entere, en muchos grupos o con la familia, ahí en San Felipe estamos todos los domingos vendiendo para recaudar lo principal porque nos pedían tres mil dólares al comienzo de su tratamiento”.
Después de esa noticia María recobró el optimismo que no mostraba desde hace un par de años. Sabe que eso puede ser la solución y tiene fe en devolver a su cuerpo las fuerzas que hace cinco años la mantenían activa y trabajadora. Ahora su familia hace rifas y se colocan en el templo de San Felipe para vender y recolectar la cantidad restante de dinero.
Martín Navarro.
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